Cuántas almas volando al viento,
tristes, porque el tiempo
les ha hecho daño y no justicia.
Cuántas mentes, débiles,
atrapadas por oscuros miedos,
se evaden hacia diversos planetas
donde la perfección reina.
Cuántas sonrisas fingiendo ser felices
para a sus seres queridos no preocupar.
Cuánta frustración habitando en personas
que sólo quieren que todo vaya bien
y no pésimo como va.
Cuántas miradas perdidas
en vagones de tren ya olvidados
olvidan hasta el porqué
de su tristeza.
Cuántos besos vagabundos
llenos de melancolía
descubren versos nuevos
en espaldas ajenas.