domingo, 27 de octubre de 2013

Jodidos adolescentes.


Vuelvo a pedirte perdón por cada uno de mis errores, por el daño cometido. Nunca es fácil pedir perdón, pero en este caso era necesario. Sé perfectamente que pude evitar todo lo dicho anteriormente y no lo hice, pero es lo que tenemos los jodidos adolescentes. No pensamos en las consecuencias ni nos preocupamos de nada, sólo nos guiamos por la locura. Está mal. Pues claro que está mal. ¿Acaso alguna vez no quisiste reparar todo ese daño causado a las personas que queríamos? Hay errores tan grandes que duelen todo lo que nos queda de vida. Esos mismos son los que evitamos, y aún así, acabamos cometiéndolos. Y créeme, no hay nada de lo que más me arrepienta que hacerte daño. Sí, a ti, a la persona que siempre me ha apoyado, la que desde un principio apostó por mí sin mirar atrás. Te he fallado. Lo siento... sigo siendo una jodida adolescente.

domingo, 20 de octubre de 2013

Tú y tus maneras de hacerme perder el control.





¿Cómo unos simples mechones de pelo pueden hacer que tu imaginación vuele tanto? Mis manos entre sus cabellos, mientras compartimos un par de besos, seguidos de otros más. Su mirada bajo ese cielo marrón y sexy. Lo que me encanta que se enrede su pelo en el mío, en cada noche que dormimos sobre la misma cama, bajo las mismas sábanas, envueltos en ese deseo constante de comernos el uno al otro. Y no hace falta más que su pelo despeinado de por las mañanas, el de antes del desayuno y después del sexo, el mismo que acaricia mi cara con cada abrazo que me das cuando los dos necesitamos un poco del otro.


martes, 1 de octubre de 2013

Va cambiando todo, poco a poco.


La misma historia de siempre, las mismas discusiones, pero todo extrañamente diferente. Ahora todo está más frío, incluso con ganas de guerra por ganar el premio. Existen remordimientos. Remordimientos de creer que algo está yendo mal y no se hace nada por remediarlo. ¿Seguiremos así siempre? Son esas ganas de abandonar, de tirarlo todo por la borda y dejar ganar a la vida. Y seguimos en las mismas, seguimos siendo los de siempre, aquellos que a la primera tiraban la toalla e intentaban cargar con el marrón a otro. ¿Es eso justo? No, no lo es. Dime que esta guerra acabará y esa relación que teníamos ya no volverá a basarse en gritos, en ganas de casi ni verse la cara el uno al otro como está ocurriendo ahora. Quizá pasa esto porque es nuevo para nosotros eso de incluir a alguien más en nuestras vidas que nos diga que siempre hemos estado cometiendo errores y en el fondo, no nos gusta admitirlo. Hemos pasado de ser casi mejor amigos a no querer hablarnos por miedo a otra discusión por lo de siempre. Está claro que esto no debería ser así, pero si no pones de tu parte por que acabe esta situación, lo siento, pero no puedo hacer nada.