¿Cómo unos simples mechones de pelo pueden hacer que tu imaginación vuele tanto? Mis manos entre sus cabellos, mientras compartimos un par de besos, seguidos de otros más. Su mirada bajo ese cielo marrón y sexy. Lo que me encanta que se enrede su pelo en el mío, en cada noche que dormimos sobre la misma cama, bajo las mismas sábanas, envueltos en ese deseo constante de comernos el uno al otro. Y no hace falta más que su pelo despeinado de por las mañanas, el de antes del desayuno y después del sexo, el mismo que acaricia mi cara con cada abrazo que me das cuando los dos necesitamos un poco del otro.
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