jueves, 12 de diciembre de 2013

Sí, son buenos tiempos.


Un poco de relax. Eso, un café y la madrugada entre sus brazos. Días amargos, como las tormentas de verano en su punto más fuerte. Echar la cabeza hacia atrás y suspirar. Que suene la música más alta que cualquier sonrisa falsa. Y reír como una loca, a tu lado. Que ojalá un mundo sin oscuridad oculta. Son esos pequeños detalles los que te suplican alegrar la cara. Y que me castiguen si no me levanto con ganas de luchar y un cigarro en la mano. Son buenos tiempos para ver que las penas se van sólo con una sonrisa, la suya. Hablo de amor habiéndolas pasado y putas, y disfrutando del momento. El tiempo pasando lento no es nada comparado a esas horas queriéndonos y a lo loco, saboreándonos poco a poco. Nunca es suficiente, o eso me decían, y sigo pensando en la razón que tenían y tienen hoy por hoy. Café, frío, canciones de piano, miles de sinfonías de Beethoven. Son buenos tiempos para quererte y que no me falles. Es suficiente con tus abrazos y nuestras sonrisas pegadas la una a la otra.

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