martes, 31 de diciembre de 2013

Pasando lento.


Y qué lento pasa el tiempo con una simple canción.
Lo increíble que es sentarse en el sofá, escuchar una de esas canciones que te hacen sentir la persona más pequeña del mundo y aprender a apreciar más cada mínima cosa que te rodea. Lo increíble que es que las lágrimas echen una carrera por tus mejillas irradiando felicidad, tristeza, odio y agradecimiento a la vez.

Y qué lento pasa el tiempo con una simple canción.
Pensar en cada detalle que viviste, que te hizo sonreír o explotar de rabia. Pensar en cada mirada de agradecimiento que recibiste. Pensar en cada abrazo sincero que diste a la persona que querías. Pensar en cómo el tiempo se va comiendo tu vida.

Y qué lento pasa el tiempo con una simple canción.
Gritar a la felicidad que ya llegó tu hora. Salir a la calle con tus mejores zapatos, y sobre todo, con tu mejor sonrisa. Empezar cada día comiéndote el mundo con más ganas que cualquier día pasado. Llorar, desahogarte y sonreír simplemente porque te lo mereces. Y siempre viviendo cada segundo como el último, al compás de esa canción que hace que tu tiempo pase lento para poder apreciar más todo y poder coger fuerzas en cada suspiro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario