Qué pequeña puedes llegar a sentirte, ¿verdad? Tú sola, sin que nadie te diga nada. Me refiero a lo pequeña que te sientes cuando fallas a alguien que quieres, o cuando escuchas tu canción preferida y te parece tan maravillosa que te hace sentir inútil. Esos pequeños detalles que te hacen querer desaparecer unos instantes, sólo para saber lo que se siente sintiendo nada. Y qué bonito es a veces sentirte pequeña, al igual que mirar por la ventana mientras llueve, abrazando el café recién hecho con las manos. Fíjate la facilidad con la que nos sentimos pequeños, esa facilidad que incluso a veces odiamos. ¿Quién no ha deseado dejar de sentir esto para poder salir a la calle (al mundo real) pisando fuerte, sin nada que nos detenga? Y es que qué fácil es sentirnos pequeños sin nosotros quererlo.
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