Besos con sabor a despedida, dulces pero dañinos, llenos de un todo y un vago vacío que se mezclan. ¿Amor? Puede ser. Y en el momento del último beso, el cielo se nubla y empiezan a llover escalofríos y un "adiós" casi tan amargo como el café solo, sin azúcar que lo endulce. En instantes así hay dos opciones: aceptar la derrota ante la distancia o no aceptarla y rezar por más besos llenos de un amor que sólo se comprende sintiéndolo.
La tormenta de haber casi perdido a la persona que más quiere se apodera de sí, junto a un enredado nudo en la garganta. Cuando se giró y empezó a marchar hacia una vida en la que él ya no estaba, las lágrimas echando carreras hasta sus labios fueron inevitables. Ella no quería esa vida antes mencionada, sino una con él.
sábado, 26 de abril de 2014
La despedida.
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Muy buena entrada, me ha gustado mucho :)
ResponderEliminarMe dejaste una pregunta en mi ask (Dildonico) hace bastante tiempo, donde me decías que pasase por tu blog. Aquí estoy y muy contento de leerte, gracias ^^ Eres muy bienvenida a leerme cuando quieras. Un beso!