domingo, 26 de octubre de 2014

No queremos separarnos.


Nos quedamos solos en medio de la noche, con las ideas descolocadas y tus manos perdidas en mi pelo, despeinándome. Sólo se podía ver tu sonrisa y la mía, y es que todo lo demás era irrelevante, no tenía apenas importancia. Era un caos de esos tan bellos que no puedes dejar de mirarlos. Éramos tú, yo y la incierta idea de lo que iba a ocurrir después. No podía dejar de admirar tu inteligencia, la facilidad con la que me hacías reír nerviosamente, colocándome el pelo sobre las orejas y mirando hacia abajo con una vaga sensación de vergüenza. Pero en realidad esos momentos eran de los que más me gustaban; aunque no había ninguno como cuando nos tirábamos en la cama a escuchar aquel vinilo de los ochenta que reproducía música clásica. No, está claro, no había ninguno como ese. Me encantaba disfrutar de la buena música y del calor que tus abrazos me proporcionaban, de la tranquilidad que el ambiente desprendía. Y aquí estamos, entre tanto pensamiento desordenado, sin las ideas claras excepto una: no queremos separarnos el uno del otro.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Ven, quédate.

Ven, siéntate, hablemos de cómo pasan los segundos, los minutos, las horas, sin que nos demos cuenta. Casi sin ser conscientes de ello a veces. Te acuestas un lunes y ya es domingo. Hace calor, los campos ya florecen y llenan de alegría a cualquiera que pase por su lado, pero dentro de dos días volverá ese invierno que hará a todos quedarse en casa bebiendo chocolate caliente, resguardándose del frío bajo una manta.
Ven, toma una taza de té. Sabe bien, ¿verdad? Es de los mejores que he probado. Espero que comprendas que sólo lo sirvo a mis mejores visitas.
Ven, hablemos de la vida, de cómo te ha ido sin mí, de si has visto muchas lunas llenas flotando en la noche. Hace poco vi una que me recordó a ti; tan grande, tan bonita.
Ven, fumemos otro cigarrillo mientras me haces reír, como cuando eran buenos tiempos y no me separaba de ti. Esos tiempos en los que los días grises parecían mejores sólo con verte sonreír.
Ven, vamos a comernos el mundo como antes hacíamos, como cuando salíamos a la calle a hacer locuras, a gritar y a que nos miren raro mientras éramos felices.
Ven, cuéntame de ti. O te contaré yo: mis sonrisas no han vuelto a ser las mismas. Y hasta que no vuelvas de verdad y me digas que te quedas, no retornarán, no serán tan amplias ni desprenderán tantas ganas de vivir la vida.
Ven, dime que no, que no te vas. Que esta vez es para quedarte de verdad.
Quédate.

lunes, 6 de octubre de 2014

Libertad.

El deseo de salir de la jaula, gritar fuerte y comerte el mundo pedazo a pedazo, saborear los días dulces y no los amargos, empezar a hacer lo que te gusta (acompañado de café frío) y disfrutar, porque bueno, al fin y al cabo es lo único que nos queda.

 

sábado, 4 de octubre de 2014

Especial.

No hay nada mejor que dormir entre tus brazos, después de una cadena de besos que parecía ser infinita. Y sentirme especial sólo con verte sonreír a media noche, a mi lado. Y despertar, besarnos y acabar perdidos por algún lugar de la cama. No hay nada mejor que tú haciéndome cosquillas mientras estallo en risas, pidiédote que pares. No hay nada mejor que nosotros.

He llegado a un punto en el que sólo sé vivir la vida contigo y me invade un miedo terrible al pensar que puede no ser así.

Eres especial.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Los olvidos no se olvidan.

Puedo intentar olvidarte, luchar contra viento y marea para recuperar el cachito de corazón que me quitaste, pero siempre es en vano. No consigo dejar atrás todas esas sonrisas que entre cosquillas de tus manos nacían, ni permitirme el lujo de echarme en la hierba sin acordarme de la primera vez que nos besamos. Eres tú, tú y tú. Y aunque a veces ponga buena cara aun muriéndome por dentro, no puedo separarme de ti. No puedo ver cómo te alejas sin ni si quiera una de tus tonterías (que tanto me hacen reír) como despedida, porque simplemente mi mente y mi corazón se han aliado para no dejarte marchar de mi vida. Chico, te has convertido en algo imprescindible.