Ahora que ya no puedo aprovechar tanto el tiempo con ella como me gustaría, miro atrás y pienso "esa mujer sí que sabe cómo crear buenos ratos que recordar". Qué suerte poder seguir viéndola, abrazarla y recordarla lo mucho que la quiero. Es una de esas personas que merece la pena escuchar; de las que no aburren contando batallas; de las que cantan con cualquier excusa que ven; de las que no sonríen mucho, pero cuando lo hacen, iluminan hasta la sombra más escondida. Una de esas personas que vale la pena conocer y apreciar con todo tu corazón (y de las que se hacen rápidamente un hueco en él).
Llevo casi dieciocho años a su lado y, fíjate, creo que cada vez le aprecio más. Se me hace muy especial pasar tiempo a su lado. Cualquier excusa es buena para escaparme un ratito a su lado y hacerla de reír con una de mis tonterías.
Por eso, si tenéis abuelas, apreciadlas como intento hacer yo con la mía, porque son mayores y no sabes cuándo se van a ir. Escúchale, aprende y dales las gracias las veces que haga falta, para que al volver la vista atrás puedas estar orgulloso/a de ti y especialmente de ella.
Gracias por todo, abuela. Eres enorme.

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