lunes, 29 de diciembre de 2014
Pasado.
sábado, 27 de diciembre de 2014
Él.
sábado, 20 de diciembre de 2014
Kilómetro 0.
viernes, 12 de diciembre de 2014
Caminos semiunidos.
Hay personas que vienen, otras que se van y otras que, por mucho que quieras, dejan un pedacito de ellas que se enciende cada vez que escuchas su nombre. Y llega el atardecer y a esas personas les da por pasearse por la carretera de los recuerdos, por el carril izquierdo, rumbo a la melancolía.
Y te da por pensar,
y te da por echarlos de menos,
y, ¿se acordarán de ti?
Pero entonces. te das cuenta de que ya se han ganado un huequecito en tu corazón para el resto de tu vida. Levantas la cabeza, suspiras y por fin aceptas, casi sin rechistar, que aunque vuestros caminos se hayan separado, siempre estarán unidos; semiunidos.
martes, 9 de diciembre de 2014
Un pedacito de ti.
jueves, 4 de diciembre de 2014
Cientos de noches.
De cierto modo también se identificaba con ella: estaba tan lejos del mundo y a la vez tan cerca que a veces (más concretamente por el día) se perdía.
Y eran cientos de noches bajo la luna, en la ventana, con la mente hecha un lío entre tanto alboroto que deslumbraba dejando huella. Con tanto silencio numerosas veces le daba por tararear sinfonías de Bach o recitar poemas de Bécquer que le hicieran olvidarse incluso de que existía.
Pero acabó el verano. Él volvió. Ella cambió esas cientos de noches de luna por cientos de noches de almohadas húmedas por las lágrimas.
jueves, 13 de noviembre de 2014
Momentos de soledad acompañada.
domingo, 2 de noviembre de 2014
Sunday.
¿Qué tendrán los domingos que a cualquiera vienen abajo?
Sobre todo esos de lluvia y cielos cubiertos de grises nubes, flotando y corriéndolo todo de un lado a otro. Y hablemos de la melancolía que te invade el cuerpo y ese sentimiento de que algo estás haciendo mal. Quizás nos faltan propósitos cumplidos, ganas de luchar o qué sé yo. Conozco demasiado bien de lo que hablo y es que cada domingo hay algo que me dice que no lo intento lo suficiente. Maldito último día de la semana que nos grita en finos susurros que al día siguiente vuelven las clases, la rutina, el trabajo. Está claro, los domingos no son un buen día.
sábado, 1 de noviembre de 2014
No te vayas.
domingo, 26 de octubre de 2014
No queremos separarnos.
Nos quedamos solos en medio de la noche, con las ideas descolocadas y tus manos perdidas en mi pelo, despeinándome. Sólo se podía ver tu sonrisa y la mía, y es que todo lo demás era irrelevante, no tenía apenas importancia. Era un caos de esos tan bellos que no puedes dejar de mirarlos. Éramos tú, yo y la incierta idea de lo que iba a ocurrir después. No podía dejar de admirar tu inteligencia, la facilidad con la que me hacías reír nerviosamente, colocándome el pelo sobre las orejas y mirando hacia abajo con una vaga sensación de vergüenza. Pero en realidad esos momentos eran de los que más me gustaban; aunque no había ninguno como cuando nos tirábamos en la cama a escuchar aquel vinilo de los ochenta que reproducía música clásica. No, está claro, no había ninguno como ese. Me encantaba disfrutar de la buena música y del calor que tus abrazos me proporcionaban, de la tranquilidad que el ambiente desprendía. Y aquí estamos, entre tanto pensamiento desordenado, sin las ideas claras excepto una: no queremos separarnos el uno del otro.
miércoles, 8 de octubre de 2014
Ven, quédate.
Ven, toma una taza de té. Sabe bien, ¿verdad? Es de los mejores que he probado. Espero que comprendas que sólo lo sirvo a mis mejores visitas.
Ven, hablemos de la vida, de cómo te ha ido sin mí, de si has visto muchas lunas llenas flotando en la noche. Hace poco vi una que me recordó a ti; tan grande, tan bonita.
Ven, fumemos otro cigarrillo mientras me haces reír, como cuando eran buenos tiempos y no me separaba de ti. Esos tiempos en los que los días grises parecían mejores sólo con verte sonreír.
Ven, vamos a comernos el mundo como antes hacíamos, como cuando salíamos a la calle a hacer locuras, a gritar y a que nos miren raro mientras éramos felices.
Ven, cuéntame de ti. O te contaré yo: mis sonrisas no han vuelto a ser las mismas. Y hasta que no vuelvas de verdad y me digas que te quedas, no retornarán, no serán tan amplias ni desprenderán tantas ganas de vivir la vida.
Ven, dime que no, que no te vas. Que esta vez es para quedarte de verdad.
Quédate.
lunes, 6 de octubre de 2014
Libertad.
sábado, 4 de octubre de 2014
Especial.
No hay nada mejor que dormir entre tus brazos, después de una cadena de besos que parecía ser infinita. Y sentirme especial sólo con verte sonreír a media noche, a mi lado. Y despertar, besarnos y acabar perdidos por algún lugar de la cama. No hay nada mejor que tú haciéndome cosquillas mientras estallo en risas, pidiédote que pares. No hay nada mejor que nosotros.
He llegado a un punto en el que sólo sé vivir la vida contigo y me invade un miedo terrible al pensar que puede no ser así.
Eres especial.
miércoles, 1 de octubre de 2014
Los olvidos no se olvidan.
martes, 30 de septiembre de 2014
Misión fallida.
Con los dedos cruzados volví a pronunciar un “debo quererme". Con la cabeza bien alta y mirada fuerte. ¿Que cómo es una mirada así? Bien, es simple: como un pájaro que vuela al cambiar de estación y no sabe dónde va, pero sí ansia un lugar mejor, más cálido.
Escribí en el espejo “estás más guapa con una sonrisa" con pintalabios rojo y decidí dejar de ver defectos para ver lo mejor de mí.
Desgraciadamente fallé. Fallé como ocurre siempre. Acabé por borrar la frase del espejo. Triste, sí, pero no más que una sonrisa sin querer ser dibujada.
lunes, 29 de septiembre de 2014
Lágrimas transparentes.
Hoy no ha salido el sol, no ha brillado como normalmente lo hace. Hoy las nubes han teñido de gris el día, haciéndonos retorcer lentamente.
No, hoy no es un buen día.
Los muertos se han levantado para llamarme “hermana", me han hecho su esclava. Me han llevado a lo más profundo mientras lloraba dolor.
No, no es un buen día.
Hoy notaba en cada paso la ausencia de una sonrisa sincera o de una risa no automática que marque la línea triste de la vida.
Cualquier mínimo detalle me ha susurrado al oído que no era suficiente para los demás, que debía asentir callada, pero no mucho más.
He gritado con todas mis fuerzas pero en silencio un abrazo, he pedido mil lunas por que el día reluciese, pero cada sonrisa fingida que dibujaba en la cara me recordaba que no había regalos para mí.
Está claro, hoy no es un buen día.
domingo, 28 de septiembre de 2014
Aquella niña inocente.
Me planté frente al yo de hace 8 años e inocentemente me planteó preguntas que seguían sin estar resueltas. “Necesitaremos algún tiempo más", le dije.
Me preguntó sobre el amor, le respondí que había aprendido bastante, e incluso más de lo que me hubiese gustado.
Le aconsejé olvidarse de lo malo y echar adelante con lo bueno. “Si ni si quiera tú mismo lo haces", me contestó. Qué razón tenía y cómo me dolió escucharlo. Habló y habló sobre sus problemas; “ya tendrás más", puntualicé yo. Aquella niña, pequeña aunque con más cabeza que yo, me había hecho darme cuenta de lo mucho que me preocupaba de los problemas y lo poco que hacía por vivir de verdad. ¿Había dado un paso atrás? ¿Era esa mini-yo más lista? Mantuve conversaciones de horas y horas, sólo para ganarme su confianza y preguntarle “¿Cómo lo haces?". “¿El qué?", respondió ella. “Encontrar siempre algo que te haga seguir adelante, porque a mí se me agotan los motivos". “Piensa en ti", finalizó. Después de esa frase no quedó más que mi cuerpo y mente en un inmenso vacío en el que yo sola bailaba. Aquella niña, aquella yo de hace ocho años se había esfumado y sólo me había dejado esa lección.
viernes, 26 de septiembre de 2014
Past doesn't change.
Ya no sé cómo hacer, no sé controlarlo; sigues siendo mi debilidad. Y fíjate, la primera vez que tus ojos chocaron con los míos mi corazón no latía tan fuerte como cuando ahora me rozas la cara con tu sonrisa (esa, esa que tan perdida me tiene). Pierdo la cordura y encuentro tu mirada como la más brillante. Hemos llegado hasta aquí sin nadie sabe cómo (o a lo mejor sí, pero es más bonito expresarlo así).
lunes, 7 de julio de 2014
Qué tranquilidad.
Qué bonita te queda esa sonrisa, alumbrándote los ojos apagados, llenos de recuerdos desordenados. Y la risa, tan alta y fuerte cual añejos robles plantados hace no sé cuántos años. ¿Y tus cosquillas? Esas, esas sí que son imparables al verme reír como una loca con ansias de felicidad. Pero prefiero el beso de después de enredarnos entre tanta risa. Y es que el aire se inunda de cariño con tan sólo unas caricias por allí, otras por aquí y ah, también las demás por llegar. Qué bien se siente entre tus brazos; como si nada pudiese con nosotros. Hasta parece que los problemas se transforman de negro a blanquecino sólo con tan simple acción.
No sé, no te vayas. Hazlo por ti, por mí, por esos instantes en los que todo va bien estando juntos (que suelen abundar).
martes, 24 de junio de 2014
Versos perdidos.
viernes, 6 de junio de 2014
Folios en blanco.
domingo, 4 de mayo de 2014
Enredada en algo que no eres tú.
Me fumé el caos y exhalé felicidad, al compás de un reloj que mareaba con su tic-tac, te eché de menos muy fuerte, con toda mi mente envuelta en ti como el mejor regalo. Me senté en el sillón, puse los brazos sobre los apoya-brazos y me sonreí como solía hacer, para darme ánimos. Escuché mi canción favorita y bailé al compás de tus labios a miles de kilómetros. Leí un libro enredada en mantas, me desenredé y te busqué, pero no estabas para enredarme en ti. Fui al campo, me eché en la arena del camino que habían creado miles de pisadas y grité tu nombre, por si me escuchabas y te daba por volver sólo para pedirme que no lo haga tan fuerte, que intenta dormir.
Son tiempos de valorarles.
Ahora que ya no puedo aprovechar tanto el tiempo con ella como me gustaría, miro atrás y pienso "esa mujer sí que sabe cómo crear buenos ratos que recordar". Qué suerte poder seguir viéndola, abrazarla y recordarla lo mucho que la quiero. Es una de esas personas que merece la pena escuchar; de las que no aburren contando batallas; de las que cantan con cualquier excusa que ven; de las que no sonríen mucho, pero cuando lo hacen, iluminan hasta la sombra más escondida. Una de esas personas que vale la pena conocer y apreciar con todo tu corazón (y de las que se hacen rápidamente un hueco en él).
Llevo casi dieciocho años a su lado y, fíjate, creo que cada vez le aprecio más. Se me hace muy especial pasar tiempo a su lado. Cualquier excusa es buena para escaparme un ratito a su lado y hacerla de reír con una de mis tonterías.
Por eso, si tenéis abuelas, apreciadlas como intento hacer yo con la mía, porque son mayores y no sabes cuándo se van a ir. Escúchale, aprende y dales las gracias las veces que haga falta, para que al volver la vista atrás puedas estar orgulloso/a de ti y especialmente de ella.
Gracias por todo, abuela. Eres enorme.
sábado, 3 de mayo de 2014
Todavía lo recuerdo.
Él miraba al infinito, pensativo. Ella miraba detenidamente cada rincón de su cara: sus facciones perfectas, sus ojos grandes y marrones, sus mejillas, su nariz, sus labios dulces y finos y finalmente su barba. No podía entender cómo podía querer tanto a alguien. Entonces ella le preguntó:
-¿Qué piensas?
-Nada.
Ella se tumbó con él y vio todo desde otra perspectiva. ¿Quién iba a decirle que por fin podía besarle todo cuanto pudiese sin tener que odiar la distancia? Con él sus sonrisas eran felices en su totalidad. No podía ser más afortunada de estar tumbada ese sofá junto a la persona que más quería. Simplemente le parecía un sueño de esos que pocas veces se hacen realidad. Toda aquella habitación estaba llena de algo especial, de "quiero pasarme toda la vida así", de risas, de nervios, de miradas cómplices, de besos, de abrazos seguidos de un "no seas boba, si te quiero un montón".
Pero él ya no estaba. Él se fue. Y no sabía nada de él.
-¿Qué piensas? -preguntó alguien.
-Nada -contestó ella, sonriendo con tristeza al recordarlo.
sábado, 26 de abril de 2014
La despedida.
Besos con sabor a despedida, dulces pero dañinos, llenos de un todo y un vago vacío que se mezclan. ¿Amor? Puede ser. Y en el momento del último beso, el cielo se nubla y empiezan a llover escalofríos y un "adiós" casi tan amargo como el café solo, sin azúcar que lo endulce. En instantes así hay dos opciones: aceptar la derrota ante la distancia o no aceptarla y rezar por más besos llenos de un amor que sólo se comprende sintiéndolo.
La tormenta de haber casi perdido a la persona que más quiere se apodera de sí, junto a un enredado nudo en la garganta. Cuando se giró y empezó a marchar hacia una vida en la que él ya no estaba, las lágrimas echando carreras hasta sus labios fueron inevitables. Ella no quería esa vida antes mencionada, sino una con él.
domingo, 13 de abril de 2014
Nada más que la vida.
Ves cómo se te escapa de las manos, cómo te pide un respiro, un poco de calma. Se desgasta como las ruedas de un coche al andar, como se consume un cigarro con cada calada, como se acaba un café con cada sorbo. Te dice que pares de hablar y empieces a escuchar. Suspira por cada rincón y se cuelga de la manecilla del reloj, fuerte. Llora de impotencia y después te sonríe para hacerte ver que se puede. Desvanece y muere en cada intento, pero no quieres escucharla. Se va yendo poco a poco, arrastrándote con ella.
lunes, 7 de abril de 2014
Un poquito de tranquilidad.
Se hallaba sentado en el banco de un parque perdido por Madrid. Miraba cómo los niños correteaban alegres, sin ninguna preocupación. Y entonces se dio cuenta. Por fin empezó a entender cómo funcionaban las cosas. Él había huido de sus problemas para sentarse en aquel banco, buscando la tranquilidad. Y a parte de encontrarla, también dio con la solución de su alboroto mental. Si aquellos niños podían ser felices sin juzgar a los demás, haciendo amigos y jugando más alegres que nunca, ¿por qué él no? La solución estaba en dejar de dar importancia a cosas que no la necesitaban. Tenía que dejar de amargarse. Tenía la vía de escape en sus manos, la clave para no dejar de ser feliz nunca. Y después de mucho tiempo, esbozó una sonrisa sincera y con todas sus fuerzas se levantó del banco, con intenciones de comerse el mundo. Lo tenía claro, todo problema tiene su solución y estaba dispuesto a pensar las cosas más detenidamente, sin dejar que le afectasen lo suficiente como para volver a tener que ir a ese parque a buscar una tranquilidad mental que se veía rodeada del alboroto de los más pequeños.
domingo, 30 de marzo de 2014
Sólo es humo.
jueves, 27 de marzo de 2014
Otro rollo.
¡Escribamos con exclamaciones, sin miedo a nada!
O QUIZÁS EN MAYÚSCULA PARA QUE NOS LEAN DE UNA MALDITA VEZ.
Puede que nos
¿Pero qué más da?
No pensemos en límites, escribamos en cursiva.
Destaquemos entre todos los demás.
Hagámonos oír entre tanta gente.
Porque no nos van a hundir.
Somos los elegidos.
Abramos los ojos a la gente.
Que vean que nos podemos divertir sin miedo a lo que piense la gente.
Venga, venid, ¡HAGAMOS LOCURAS!
It's easy.
domingo, 23 de marzo de 2014
Dreams.
A veces creo que sueño demasiado, pero es mi única alternativa a la realidad. Me imagino sentada en cualquier terraza con una taza de café entre las manos, escuchando la música que más me gusta. Tranquila, feliz, como un bebé al que acaban de amamantar con aquello que él más ansia. Sueño con un armario lleno de camisas a cuadros, Converse de todos los colores y miles de pantalones cortos. Me gusta pensar que algún día estos sueños puede que se cumplan. Sé que aún faltan muchas cicatrices antes de ello, e igual no lo consigo nunca, pero que no se diga que no he luchado. Que no se diga que me rendí. A pesar de las cicatrices que el camino hasta esos sueños me supondrá, sé que va a merecer la pena.
Estaría bien conseguir todo aquello con lo que sueño, ¿verdad?
sábado, 22 de marzo de 2014
Demasiado pensamiento suelto.
viernes, 21 de marzo de 2014
Sólo son sueños.
Qué bonito despertarse cada mañana con ganas de comerse el mundo, empezando por un buen café; y qué triste acabarlos llorando por esa frustración de ver que las cosas no cambian. El esfuerzo y la dedicación te ayudan a alcanzar muchos objetivos en la vida, pero si no tienes dinero, no serás nadie. Si eres más listo que otra persona, esa persona (en la mayoría de las ocasiones) te intentará hacer pensar que eres inferior, en vez de pedir que le enseñes lo que sabes. Quiero decir, podemos soñar con utopías, pero está claro que el mundo real es muy diferente, y que soñar sólo no basta. Podrás poner todo tu empeño en cambiar todo lo que te rodea a mejor, pero créeme que no lo conseguirás rodeado de gente tan cerrada de mente como la que habita el país.